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lunes, 16 de marzo de 2020

La permacultura: ¿concepto espiritual o basado en ciencia y tecnología? Parte 1


En los últimos años tener un huerto ha ganado de fama, sobre todo los huertos urbanos en la azotea o con un par de macetas en la ventana. Sin embargo, hay un concepto más amplio, más holístico que un “simple” huerto y que todos deberíamos conocer: la permacultura. Sobre todo, queremos contar de tecnologías que se aplican o pueden aplicar al practicar la permacultura. Pero primero consideramos importante una pequeña introducción a la permacultura para poner en contexto las tecnologías y los sistemas que se usan. 
 
Empezamos con lo más básico que es que la palabra “permacultura” se compone de las palabras “permanente” y “agricultura” (aunque a veces también se dice que viene de “permanente” y “cultura”). La permacultura fue desarrollada en los años 70 del siglo pasado en Australia por Bill Mollinson y David Holmgren pero va más allá del cultivo de alimentos. La permacultura es un conjunto de actividades sostenibles, es un modo de vida y un estilo de convivir, es evitar la contaminación y la explotación de los recursos naturales, es… es, en fin, difícil de definir en pocas palabras.
Según el libro “Permaculture: A Designers' Manual” de Bill Mollison de 1988, los tres principios éticos de la permacultura son los siguientes:
  1. Cuidar de la tierra - Esto incluye los suelos, los bosques, el agua. Además, busca la continuación y multiplicación de todos los sistemas de vida
  2. Cuidar de la gente - Se refiere al cuidado de sí mismo, de su familia y de la comunidad en el sentido de asegurar el acceso de todas las personas a los recursos necesarios para la supervivencia.
  3. Compartir los recursos - Complemente los primeros dos principios. Implica imponer límites a la población y su consumo en el sentido de que cada uno solo coja lo que realmente necesita. Así se puede devolver los excedentes a la tierra y los sistemas.
En el siguiente gráfico de la Universidad Popular de Permacultura, por si te interesa, encuentras, aparte de los principios éticos, los principios de diseño más comunes de la permacultura. Al fijarse bien, se nota que son basados en los patrones y las características del ecosistema natural:

¿Para qué y por qué hacer permacultura?
Alguien podría preguntarse qué tiene que ver la permacultura y sus principios éticos con la ciencia y la tecnología y sí, para muchos personas es una filosofía de la vida y algo casi espiritual, plantan hierbas medicinales y buscan la conexión con la naturaleza. Pero la verdad es que sin conocimientos científicos no se podría practicarla. Un permacultor debería tener conocimientos de la botánica y la biología, de la física, de las ciencias naturales en general para saber cuándo plantar el qué, cómo combatir (sin pesticidas, claro) qué plagas, cómo filtrar agua con los minimos recursos etc. Hay que observar la naturaleza e imitar sus ciclos y sus patrones dentro de un ecosistema. El permacultor, además, tiene que evaluar lo que es posible en el entorno en el que está y buscar formas de trabajar CON los ecosistemas y no contra de ellos. The Permaculture Academy define la permacultura de la siguiente forma:

 “Rather than doing less harm, permaculture actively seeks to design systems that do more good, making the most of every element of natural systems to create solutions that meet local needs using what’s locally available.”

La permacultura es sostenible no solo porque únicamente se quita de la tierra lo que ella puede regenerar, sino que también se devuelve algo a la tierra a través de varias técnicas como el compostaje o la filtración de agua.
Vivimos en un mundo con recursos limitados que el humano está sobreexplotando, la quema de combustibles fósiles es una de las causas principales del cambio climático y es la culpa de muchas tecnologías del siglo XVIII y XVX (en la entrada de bienvenida a este blog ya hablamos de eso un poco más). Cada vez quitamos más hábitats, talamos bosques para ampliar la red de carreteras o poner nuevas casas. Incluso quien vive en un piso, realmente con su estilo de vida estás ocupando más de estos 60m² (o los que sean) de su piso, porque al ir a una tienda para comprar ropa, se da su dinero a una empresa de producción con fabricas grandes o al comprar en el supermercado, los alimentos vienen o de otras fabricas o de un terreno de cultivo. 

En el futuro, vamos a vernos afrontado cada vez más por catástrofes meteorologicos que pueden llegar a causar un colapse de las infraestructuras y, por ejemplo, las redes eléctricas. Literalmente, empezaría un caos. ¿Pero si todo el mundo estuviese autosuficiente teniendo su propio terreno de, digamos, una hectárea en el que obtiene todo lo que necesite para sobrevivir? Esto permitiría la permacultura. Aparte de un propio cultivo de alimentos, se tiene su propio sistema de generación de electricidad y hasta sistemas que permiten tener su propio agua potable. 

                                     Ejemplo de un terreno bajo el diseño permacultural (del libro "Permacultura practica" de Jessi Bloom)

 En fin, hay mucho más que se puede decir para explicar la permacultura, pero por ahora terminamos esta pequeña introducción a lo que es. Mañana publicaremos la segunda parte en la cual presentaremos unas tecnologías (realmente “low-tech”) aplicadas en la permacultura, mientras esta primera entrada debería para ayudar a contextualizarlas.

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